viernes, 17 de septiembre de 2010

Ebola y Marburgo ¿Sabias algo de esto?



Las enfermedades Ebola y Marburgo, son virus que afectan en el continente de África, se transmiten por contacto directo con líquidos corporales infectados como la sangre, la saliva, el sudor, la orina o los vómitos, con un período de incubación que varía de 2 a 21 días, aunque lo normal es de 5 a 12 días.

Estos virus son una problemática de salud para los países del África, cursando con una tasa de mortalidad de hasta un 90%, y  como causa principal de muerte por Shock Hipovolemico.
La alegría es que hasta hace poco no había cura, pero recientemente, nuevos estudios, nos dan una gran esperanza. Escuchemos el enlace para conocer un poco de tan terrible enfermedad  y de los nuevos avances en su tratamiento.


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A mi hijo

Hay una sonrisa que calma mi ansiedad aun en fotografía
y se convierte en la expresión más bonita que jamás soñaría,
una imagen que me acompaña en cada momento
que me recuerda las bendiciones que tengo,
un rostro que se ilumina como imaginamos un angelito,
aunque reconozco que tal vez así piensa toda madre de su niñito…

jueves, 16 de septiembre de 2010

Médicos aquí o allá

06 SEP 10 | ¿Qué nos pasa a los médicos?
Ayudar, aunque llore en el alma
"Tras unos años de profesión se pierden el entusiasmo del principio, el afán de servicio, y la vocación por el consuelo". Conmovedora reflexión del Dr. Ricardo Ricci.

Dr. Ricardo Ricci
IntraMed
 
Por Dr. Ricardo Ricci
Es muy frecuente que los médicos no encuentren recursos propios para ayudar a sus semejantes, es usual que tras unos años de profesión hayan perdido el entusiasmo del principio, el afán de servicio, y la vocación por el consuelo. Buscando y rebuscando en sus almas no encuentran más que una oquedad de sentido, un lugar vacío y frio, del que no surge la asistencia que de ellos, esperan sus pacientes. Es moneda de todos los días, bajo el régimen del sistema de salud actual, ver a los médicos descompensados, somnolientos, quebrados. La sobresaturación de trabajo tiene mil motivos diferentes, uno de ellos, quizás el  que más molesta, es el menosprecio de la profesión médica por parte de las gerenciadoras de salud que, administradas en general por profesionales ajenos a la medicina, no alcanzan a sopesar adecuadamente la misión que algunos médicos, los de verdad, desean alcanzar.
La famosa relación costo – beneficio, obliga a que en un tiempo demasiado acotado, los médicos deban atender a cantidades de pacientes, boicoteando ellos mismos la relación médico – paciente (RMP). Una buena RMP es una aspiración genuina, y un derecho humano de los pacientes que se sienten distinguidos, individualizados, y nominados por ella, que sienten la contención por parte del médico. Asimismo es cierto que una buena RMP es esencial para el desempeño del médico que encuentra en ella una gratificación permanente por ver realizada su vocación, en la interacción diaria con sus pacientes tiene oportunidad de evaluar los resultados de su trabajo, y de efectuar, mediante una reflexión autocrítica, la sintonía fina de su accionar. La optimización del vínculo fugaz, y la vez histórico entre el médico y su paciente es la forma más directa y eficaz de promover al médico y asegurarle al paciente un tratamiento digno de la persona humana. La instancia interactiva patentizada en la consulta, es el medio ambiente coloquial y conductual saludable para el paciente y para el médico y debe ser salvaguardado a todo costo.
Algunos autores sostienen, creo que con toda razón, que para exponerse a ayudar a alguien primero el médico debe encontrarse en un estado de compensación con él mismo. Este estado de compensación incluye todas las variantes bio – psico – sociales y espirituales inherentes a la persona del profesional de la salud. Según ellos la eficacia terapéutica se basa en la posibilidad de ofrecerle al paciente un marco de serenidad generado por el estado de paz y de disposición asistencial y cooperativa del médico. Me parece que la opinión de estos autores, provenientes del ámbito de la psiquiatría, es de un acierto absoluto, es el ideal. Sin embargo, lo sabemos,  “lo mejor es enemigo de lo bueno”. Las cosas no se dan de ese modo en la generalidad de los casos. 

Sin insistir en las condiciones socioeconómicas en las que se desarrolla la actividad del médico, deseo expresar que el estado soñado de compensación previa al momento de la consulta es una perla en un océano de inestabilidad, de incertidumbre, de necesidad y de soledad por parte de aquellos que se proponen asistentes de sus prójimos. Es posible que en ese estado no puedan hacer todo el bien que podrían, pero no me cabe duda de que hacen el bien que pueden y ayudan al otro en la medida exacta de sus potencias actuales. Los estados que condicionan al médico van desde su particular modo de disponerse a relacionarse con los otros, hasta su manera particular de ser y estar en el mundo. Quizás deberíamos preocuparnos primero y más profundamente por el ‘ser’ médicos, que por ‘hacer’ de médicos. Entre el ser y el hacer hay una relación de retroalimentación innegable, los seres humanos podemos acceder, en nuestra intimidad, a hacernos conscientes de lo que nos pasa al respecto, y efectuar los retoques que sean necesarios para nuestro desempeño saludable en interacciones saneadas.
He conocido médicos de una parquedad digna de un guardia del palacio de Buckingham, a los que no se les mueve un músculo de la cara en su interacción con el paciente, y sin embargo son generadores de diagnósticos acertados e impecables. He conocido charlatanes diletantes, que en el medio del error y del engaño hacen bien a algunos de sus seguidores. He conocido maestros absolutamente intratables, y otros que enseñan con su sola presencia y testimonio, en medio de una sencillez y austeridad encomiable. He conocido médicos que conocen exactamente los pormenores y la letra pequeña de la organización de los sistemas de salud, y otros a los que el sistema de salud los tiene sin cuidado pues ellos mismos han construido un microambiente que les permite sobrevivir ejerciendo la medicina y ayudando al prójimo. Conozco médicos con las paredes llenas de títulos y postgrados, cursos, jornadas, simposios y congresos, que a la hora de asistir al paciente, carecen totalmente de carisma y compasión. También existen los que en un consultorio de barrio apenas cuelgan una fotocopia de su título y la gente los venera como a un padre.
Hay de todo como en botica. Lo bueno, lo malo y lo feo. De toda esa variedad de especimenes de la profesión médica, entre los cuales naturalmente me encuentro; el otro, el paciente, logra hallar aquel que considera capaz de ayudarlo en alguna contingencia de su vida. Es posible que se logre definir y delinear teóricamente un modo óptimo de interacción para ayudar al paciente. Creo, sin embargo que las recetas, los protocolos, los manuales de procedimientos, en este caso en particular, tienen un valor relativo. Estamos nuevamente ante la cuestión de ser o no ser. Para no sonar tan obviamente shackesperiano, en la cuestión de "ser" médicos, y "hacer" las cosas que hacen los médicos. Cada uno de nosotros puede ir haciendo una corrección en ese diálogo ser – hacer, para producir discursos genuinos y conductas personales lo suficientemente flexibles y efectivas, para ser volcadas en las interacciones con los pacientes.  Sin esta esperanza el presente trabajo carecería por completo de valor.

Aún así podemos aseverar que en el laberinto achaparrado de la RMP hay lugar para todos. Esto no debe ser interpretado como una apología del relativismo, del “todo vale”; sino que simplemente intenta describir una realidad incontrovertible que, puede ser mejorada y mucho, atendiendo a criterios reflexivos y pedagógicos de optimización en competencias relacionadas directa o indirectamente con la RMP.
En esa variedad propia del quehacer de los médicos, habitualmente se encuentra solapado, puesto a un costado, menospreciado el dolor del propio médico, el callado lamento de su soledad. Dicen que no se puede dar lo que no se tiene, ¿será verdad? Estoy convencido de que en líneas generales es así, mas he visto dar ánimos a sus pacientes a colegas que estaban al borde de su propio colapso. He sido testigo de la actuación de médicos acuciados por sus por sus propios miedos dar aliento, proponer conductas y medicar a pacientes acertadamente a pacientes portadores de estados de pánico. He visto a médicos con varios by pass en sus coronarias, tratar a pacientes que presentaban cardiopatías de diversa índole y de diversa gravedad de manera firme, acertada y segura. Es posible que uno no sepa de donde salen las fuerzas para ofrecer lo que no se tiene o lo que no se sabe que se tiene, pero cuando la vocación actúa como un imperativo, lo que no se tiene, se da. Quizás lo que decimos dar, no sea más que un devolver al paciente, de manera ordenada, lo que surge del encuentro humano de la interacción médico – paciente.
He tenido oportunidad de atender a pacientes estando yo mismo al borde del desgarro interno, poniendo en un segundo plano el propio dolor. Recuerdo una vez que iba a ver un paciente mientras lloraba solo en el auto, había sufrido una pérdida familiar irreparable, me temblaban las manos y mi cuerpo tiritaba. La paciente era una señora de 75 años que permanecía desde hace tiempo postrada en su cama a raíz de un EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Su patología se había regagudizado, las sibilancias se escuchaban desde la puerta de su dormitorio. La consulta se desarrolló dentro de los márgenes habituales y al despedirme la señora me espetó: “gracias por darme ánimos, ahora me quedo un poco más tranquila”. Y de nuevo a llorar en el auto.

La mía es una anécdota sentida pues me recuerda mi propio estado en ese momento, sin embargo he visto a algunos de mis colegas desarrollar hazañas en medio de su propia penuria.
“El médico siempre debe estar dispuesto”. Es una máxima demasiado exigente a la que algunos médicos hacemos caso cayendo presas de nuestra propia e ilusoria omnipotencia. Nuestra vida recorre esos carriles con cierta frecuencia. Ni el médico es omnipotente, ni debe estar siempre dispuesto. Pero... ¿No es tranquilizador para algún paciente anónimo que vive su enfermedad en la que el tiempo no pasa, en la que el dolor mengua su persona hasta casi anonadarla, tener en el puño de su mano el número de teléfono de alguien que se propone como siempre disponible a correr en su ayuda?

Cuando alguien se retira del consultorio llevando en su mano la receta para tratar la angina de su niño y que prevé una noche de fiebres y baños templados, y escucha de su médico las palabras: “Cualquier cosa me llama, sea la hora que sea”. Necesariamente se produce el alivio, ya la fiebre no será la misma fiebre, ni el desvelo el mismo desvelo.
Lo escrito suena al más recalcitrante romanticismo, y ciertamente lo es. Juzgo que no está de más dar una pincelada épica a tanta cotidianeidad rutinaria. Es cierto también, que los médicos no siempre estamos dispuestos a escuchar las penas ajenas, nos basta con las propias. Aún así, y quizás por esa misma causa la jerarquía del servicio prestado, no siempre el óptimo, es agradecido por el paciente en grado sumo. La comunidad médico - paciente se edifica más solidamente en la realidad de que el dolor no es tu dolor, es nuestro dolor, tu necesidad no es tu necesidad, es la nuestra. El paciente percibe este matiz, y la labor del médico se ve sostenida, y engrandecida con la colaboración incondicionada del paciente perspicaz. 

*IntraMed y Yo agradecemos al Dr. Ricardo Ricci la generosidad de compartir su texto con nuestros lectores.

martes, 14 de septiembre de 2010

Natascha Kampusch, una historia de no repetir

Ya sea para ganar dinero o como un medio de catarsis, Natascha Kampusch, ha publicado su libro y al leer el articulo que salió en un  prestigioso periódico Alemán, no pude dejar de pensar en esos 3,096
días (8 años),que tuvo que vivir encerrada, abusada de forma física y mental, privada del disfrute de su niñez desde sus diez años, de la capacidad de elección y del amor de sus familiares, nada podría pagar o compensar el sufrimiento de esta mujer y de su familia la cual vivió todo ese tiempo con el dolor de la perdida y la incógnita de qué le habían hecho a su pequeña.
En verdad nada lo puede pagar, pero el hecho es que esta historia que ahora la tinta y el papel desvelan, hará que todo ese sufrimiento por lo menos tenga el provecho económico para Natascha o  como ella expresa: "No escribí el libro para ganar dinero. Quise relatar la historia como forma de procesar y comprender ese pasado, y para que se sepa cuál fue la verdadera historia”.
En el 2012 tendremos la oportunidad de ver esta historia en la pantalla, y así como su libro se ha convertido en Alemania como el segundo más vendido en Internet, de seguro la película generará gran interés. 
Esta triste historia tiene su mayor significado en lo importante de cuidar y proteger a nuestros pequeños y de velar para identificar en nuestro alrededor, personas con conductas sospechosas, pues podríamos tener en cualquier otra parte del mundo o muy cerca de nosotros otra Natascha, que solo tendrá otro nombre u otro rostro, pero igual o peor tragedia.



lunes, 13 de septiembre de 2010

Resonancia magnética en tiempo real


 

Científicos alemanes han desarrollado una nueva técnica de imágenes por resonancia magnética que permite a doctores e investigadores una vista detallada del latido del corazón.

 
En la mayoría de los casos, es esencial que los pacientes no se muevan una sola pulgada al hacerse una resonancia magnética. Ello es un problema para doctores e investigadores que busquen observar algo precisamente cuando está en movimiento: un corazón al latir o una rodilla en flexión.

Ahora, un equipo de investigadores del Biomedical NMR Research Inc. y del Instituto de Química Biofísica Max Planck en Gotinga, Alemania, ha encontrado la manera de tomar un "video" en resonancia magnética de articulaciones y órganos en movimiento al reducir el tiempo requerido para grabar una imagen a solamente la quincuagésima parte de un segundo.

El equipo detalló sus hallazgos en un documento publicado en la revista NMR in Biomedicine.

"Lo que ahora podemos hacer es mirar el corazón en tiempo real, latido por latido", dijo Jens Frahm, quien lideró la investigación, en una entrevista con Deutsche Welle. La tecnología actual permite a los doctores el análisis de múltiples imágenes para crear una especie de video "promedio" del latido de un corazón, pero cuando se trata de pacientes con condiciones como la arritmia, puede que los doctores no logren tener una idea clara de las irregularidades del latido cardiaco.

"La limitación principal es que la resonancia magnética debe capturar información varias veces, diferentes tipos de proyecciones de una imagen, con el fin de lograr una reconstrucción bidimensional", manifestó Frahm, quien además es director de Biomedical NMR Research Inc., un grupo de investigación independiente y sin fines de lucro adscrito al Instituto Max Planck.

"De manera que no se trata de una sola fotografía de varios milisegundos, más bien debimos repetir nuestros experimentos varias veces con diferentes codificaciones espaciales para lograr una imagen completa", afirmó el científico.

La matemática es la clave

La nueva tecnología puede ser útil en variedad de campos de la medicina.La nueva tecnología puede ser útil en variedad de campos de la medicina.El equipo de Frahm logró acelerar el proceso al desarrollar una nueva técnica de reconstrucción matemática que puede calcular una imagen detallada y significativa utilizando únicamente alrededor del 10% de los datos requeridos en una resonancia magnética tradicional. Ello quiere decir que la imagen se puede crear diez veces más rápido, lo cual reduce el tiempo requerido para grabar imágenes hasta a 20 milisegundos.

"Esto suena como una maravilla, pero se trata de nueva matemática", dijo. Otros científicos manifestaron un cauto optimismo ante la nueva técnica. "Pienso que éste es un avance emocionante", expresó el Dr. Mushabbar Syed, cardiólogo y director de imágenes cardiovasculares de la Universidad Loyola, en Chicago, Estados Unidos.

"Actualmente hay (tecnología de) resonancia magnética en tiempo real disponible", manifestó. "Pero el tiempo real es rudimentario, no tiene una buena resolución".

El Dr. Syed, quien no formó parte del estudio, dijo que esta investigación puede ser especialmente útil en pacientes para quienes la resonancia magnética convencional, que no permite moverse, no es adecuada. Frahm añadió que también podría tener usos fuera de la medicina.

"Podemos ver el flujo sanguíneo al entrar al corazón. Se puede ver el flujo al entrar al ventrículo izquierdo, y viceversa, así que es posible ver a partir de estas imágenes el fenómeno de flujo turbulento", dijo.

No listo para el mercado

Sin embargo, el esfuerzo computacional requerido por este nuevo método es tan grande, que Frahm estima que la tecnología no estará ampliamente disponible sino en unos dos o tres años. El procesamiento del análisis de un minuto del corazón, que normalmente implica entre 2.000 y 3.000 imágenes, tomó a los investigadores de Gotinga media hora.

Un portavoz de Siemens Healthcare confirmó que esa empresa colabora con los investigadores para encontrar la manera de llevar esta tecnología al mercado.
  
Autor: Sophie Tarr / Vinicio Chacón
Editor: Emilia Rojas

lunes, 6 de septiembre de 2010

Felix Mendelssohn Bartholdy: 200 años de su nacimiento

Felix Mendelssohn Bartholdy (1809-1847).
Con la presentación del registro completo de sus 750 obras se rinde honor a este maestro alemán. Leipzig celebra un congreso mundial de sus estudiosos. Aunque fue un niño prodigio, Menselssohn Bartholdy fue despreciado.

Leipzig, la ciudad en donde Felix Mendelssohn Bartholdy produjo la mayoría de sus obras, lo honra con un festival que durará hasta este fin de semana. Pero Felix Mendelssohn Bartholdy había nacido en el norte, en Hamburgo el 3 de febrero de 1809. No es allí sin embargo, sino en Berlín y sobre todo en Leipzig, donde este año se recuerda muy especialmente al gran músico.

Si su único mérito hubiera sido haber redescubierto la obra de Johann Sebastian Bach, que a principios del siglo XIX prácticamente había caído en el olvido, el festejo del aniversario número 200 de su nacimiento sería una obligación.
Aquí compuso Felix Mendelssohn Bartholdy sus obras en Leipzig.
Pero se festeja mucho más: Mendelssohn Bartholdy fue director de orquesta, el fundador de la primera escuela de música de Alemania, y sobre todo un compositor genial, uno de los principales del siglo XIX a pesar de su breve vida.

Visita a Goethe

En 1811 la familia Mendelssohn se muda de Hamburgo a Berlín. Allí el niño Felix, de familia judía, recibe la mejor educación humanista, que incluye clases de composición, piano y violín. Con sólo nueve años ejecuta su primer concierto en público y un año más tarde empieza a componer. En 1821, a los 12 años, visita por primera vez a Johann Wolfgang von Goethe en Weimar y escribe su primera ópera. En 1825 viaja a París, se encuentra con Rossini y Meyerbeer, los grandes de su época, y poco más tarde vuelve a Berlín a estudiar, entre otros con Hegel.

La riqueza y la fama lo acompañan desde el principio. En 1829 empieza una serie de amplias giras por Europa, en cuyo marco Londres y Roma representan importantes estaciones: las sinfonías “Italiana” y “Escocesa” serán más tarde cumbres de su creación. Ese mismo año Mendelssohn dirige también el festejado reestreno de la “La Pasión según San Mateo“, de Bach.

Sala Gewandhaus: cuna de la música universal

En agosto de 1835 toma a su cargo la dirección de la renombrada Sala de Conciertos Gewandhaus de Leipzig. Continúa con sus conciertos en Londres, donde se le festeja como a una estrella mundial. Sin embargo, ni la actividad de concertista en Europa ni el puesto de director general de música de Prusia pueden alejarlo mucho tiempo de su centro de creación artística: Leipzig.

El 28 de octubre de 1847, Mendelssohn sufre una apoplejía y el cuatro de noviembre muere a consecuencia del ataque. Deja cerca de 400 piezas musicales, sinfonías y oratorios, música de cámara y corales. Por su música sacra, que incluye los grandes oratorios “Pablo” y “Elías”, se lo considera aún hoy un mediador entre religiones y confesiones.

Kurt Masur rescata a Mendelssohn

Como compositor, hubo un tiempo en que Mendelssohn fue cuestionado: Richard Wagner no lo apreciaba y los nazis lo desterraron de las salas de conciertos. Es al director de orquesta Kurt Masur a quien sobre todo hay que agradecer el “Renacimiento Mendelssohn” que empezó en los años setenta del siglo XX.

"¡Qué vida tan corta pero llena de sentido dedicada al entendimiento y a la armonía entre los hombres!", escribió Kurt Masur, quien fue uno de los sucesores de Mandelssohn Bartholdy al dirigir la orquesta Gewandhaus de Leipzig entre 1970 y 1996. Masur luchó por defender la obra de su lejano predecesor. Masur estrenó en Nueva York la cantata mendelssohniana "La primera noche de Walpurgis" y al frente de la orquesta Gewandhaus no hizo ninguna gira sin interpretar a Mendelssohn.

El valor recuperado

Muchos de los grandes artistas sólo alcanzaron la fama
Pleißemühlgraben, Leipzig.
después de su muerte. Sin embargo, con el "Mozart del siglo XIX", como lo llamó su colega compositor Robert Schumann, pasó exactamente lo contrario: la fama de Felix Mendelssohn Bartholdy, se apagó rápidamente después de su temprana muerte.

Hoy, sin embargo, Mendelssohn Bartholdy es otra vez un compositor muy apreciado en su natal Alemania. Varias obras del músico romántico, prohibido por los nazis, que habían permanecido inéditas o ignoradas son interpretadas por primera vez, entre ellas la ópera "Der Onkel aus Boston" (El tío de Boston), más de 180 años después de su conclusión. Si bien no en la misma medida que el 250 natalicio de Mozart en el “superaño” musical 2006, el aniversario 200 del nacimiento de Mendelssohn Bartholdy se seguirá celebrando hasta el fin de año.


Editora: Emilia Rojas