En unas de mis rotaciones conocí unas de estas empleadas que por algunas de las razones expuestas era la asignada a ayudar a los médicos a mantener un área de trabajo limpia y presentable…
La mujer que entro con movimientos un poco rítmicos y cuerpo encorvado, tal vez un poco prematuro para sus 46 años, aunque valido por los problemas de la columna que luego la misma me estaría narrando por toda una semana.
Fatídica, como se presentó, es de esas personas de mucho hablar con una liga de confianza y respeto.
-Dra. Su nombre me recuerda mucho a una prima, y tengo mucha familia medico, a bien que yo no estudie pero en mi familia hay muchos profesionales en to los lados.
Según habla así ya ha sacado dos o tres zafacones de la oficina y parada frente a mí me fijo en su rostro y me sorprende lo bien delineadas y pintada de sus cejas, atreviendome a alagarla aunque descuidadamente expreso mi sorpresa de lo cuidadosa que presenta esta parte de su cuerpo, tal vez porque llega a mi mente esa cualidad innata y de cultivar en todo el que trata con personas, observar haciendo útil las informaciones de ese lenguaje no verbal que expresamos todos. Pensé que estas cejas eran el recurso de feminidad, atractivo, o estima que tenia esta mujer para decir que aun esta viva.
-Gracias, si a todo el mundo le sorprenden mi ejas, hasta las clientes me preguntan y de hecho cuando vuelven al hotel preguntan ¿y la mujer de la ejas linda? entonces ya todo en el hotel saben que soy yo; y no es por nada pero siempre desde jovencita yo misma me las arreglo, no es que yo haga muchas cosas, pero la gente siempre se sorprenden, Y na que los hombres son malo como quiera, el animal con el que vivo no sirve pa na, yo ya estoy por votarlo.En esos momentos suena el teléfono e interrumpimos la conversación,para entonces ya solo le resta el pasillo final, por lo que con ademanes de esta conversación continua, fatídica se despide de mì.
En la noche mientras veo un programa recuerdo nueva vez las cejas de fatídica y relaciono la forma de expresión común de nosotros los seres humanos, todos según nuestra condición cultural,económica o social,tenemos en común ese lenguaje no verbal con lo que podemos expresarles a nuestros homologos nuestras fortalezas y debilidades; entonces recuerdo aquella profesora que con una edad sobre los sesenta e inicio de Parkinson,llegaba al aula luciendo pelucas que con estilo un poco al descuido ( creo que intencional para darle màs realidad a la peluca),unos hermosos y llamativos accesorios, rostro empolvado y muy buenas combinaciones en el vestuario aunque a veces repetitivo, se podría decir que a veces se debatía entre la elegancia y un poco de excentricidades. Unos de esos días de docencia llamó públicamente la atención a una joven, esta era extranjera, alta de hermosa y contorneada figura, la cual acostumbraba a vestir de forma muy provocativa, gritando con su exterior a voces “ Sé que soy hermosísima,notalo”; con voz de reproche, reflexiva y hasta tierna miro a la joven que acababa de entrar al salón y dijo:La mujer en su juventud tiene esas armas que tú utilizas y mayor si sus dotes son abundantes, pero día a día se va desvaneciendo y con el paso del tiempo permanecerá la elegante expresión femenina de una mujer que sabe usar su vestuario dejando un poco a la curiosidad mientras también va cultivando su mente, para que luego que aquellos que se derriten ante la poca ropa no se alejen ante el poco raciocinio”
La chica que no era muy estudiosa se sintió un tanto avergonzada, por lo que la profe, en tono dulce siguió hablando:
Y no quiere decir que la que anda como furufa,descuidada o cubriendo todos sus atractivos està bien, no, lo importante es el equilibrio, miren casi todos ustedes saben quien es mi esposo, Él no ha sido muy fácil y una vez hubo una joven mujer que yo sé que era muy atractiva y sexi, la cual tuvieron una aventura, en aquel momento ella pensó que El dejaría su hogar pues sus armas la hacían sentir muy segura, pero ella no entendía que la juventud que ella exhibía El ya la había disfrutado conmigo y que lo que El vivía, pensaba y necesitaba ahora era la condensada experiencia que yo había adquirido a través de los años juntos y no pasò de ser una aventura.
Mientras la profe hablaba recordé quien era su esposo, era otro Dr. Docente. Hombre blanco, alto,de peculiar bigote blanco largo y flecozo de apariencia a esos ingleses de una época tal vez para nosotros colonial, toda su personalidad refería una clase social alta….pensando esto tuve que concentrarme nueva vez en las palabras de la Profesora:
Mi familia y yo hemos sufrido muchas altas y bajas, para la época de los doce años nos vimos sin dinero yo estudiando y ya con mis hijos, a veces me preparaba un huevo y un pan con lo que pasaba todo el día y gran parte de la noche en la universidad.
Mi hija murió en la azotea de la casa cuando un bombardeo nunca esclarecido impacto nuestro hogar, la casa aun la conservamos es una casa colonial, es que la familia de mi esposo era una clase aristocrática de hecho mi esposo no sabe ni colar café o hacer un huevo, el nunca tuvo que hacer nada y cuando sufrimos fuerte crisis yo verlo pues sé que el sufría mucho, Y muy a pesar de todo lo que he pasado nunca he perdido mi elegancia.
Sé que ese día la profe hablo otras cosas que no recuerdo en detalles, pero sé que todos estuvimos atentos y que habló con verdaderos sentimientos. Ahora gracias a fatídica la recuerdo y siento que esta mujeres son muy parecidas, una simple mujer de limpieza que no pierde el glamour ante una escoba, pues en sus cejas dice que le preocupa su apariencia, una medico, profesora e investigadora que vivió épocas buenas y malas, con perdida de un complemento importantísimo para la mujer como lo es la cabellera, pero que ella sin darse por vencida cubría con pelucas que adornaban su atuendo, y no fue siquiera la edad quien empañó su bien llamada buena clase, y que decir la chica es igual solo que se expresa con las bondades de su cuerpo cubierto de poca vestimenta que atraerán la atención de los hombres que la desean y las mujeres que bien nos hubiese gustado saber que se siente ser tan atractiva, solo que tal y como decía la Maestra y como lo manifestaba Fatídica en su lenguaje no verbal, debemos cultivar y adquirir buenos hábitos en nuestra apariencia y en el crecimiento intelectual.
Dra. Angela Bello
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