martes, 12 de octubre de 2010

Artritis Reumatoide. En su día mundial





Es una enfermedad en la que se inflaman las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo. Un nuevo estudio del CDC reporta que 50 millones de personas adultas, viven con artritis en Estados Unidos, esto para el periodo 2007-2009, con un aumento en comparación a cifras de 46 millones que se tenían para el periodo de 2003-2005 y se estima que para el 2030 la prevalencia será de 67 millones, casi un millón por año; en España se habla de afectar al 0.5% de la población.

Su primera descripción data de 1909 en la que Nichols y Richardson describieron en detalle sesenta y cinco casos de artritis deformante crónica no tuberculosa. El término artritis reumatoide fue aceptado por la Asociación Americana para el Reumatismo (actualmente denominada Colegio Americano de Reumatología) en 1942. Es, por lo tanto, una enfermedad del siglo XX.

La artritis reumatoidea, es una enfermedad limitante que suele afectar con mayor frecuencia a las articulaciones dístales de manos y pies, lo que quiere decir que limita nuestra movilidad y la capacidad de crear con nuestras manos lo que nuestro cerebro ya ha creado, significa que las personas afectadas con esta enfermedad, no solo sienten dolor físico, sino también frustración, al no poder actuar con independencia, sino que cada día se sienten preso en una jaula deforme, que es su propio cuerpo. 

¿Con cuales tratamientos pueden contar los pacientes afectados?
- Los analgésicos, alivian el dolor.
- Los antiinflamatorios no esteroideos, AINEs, alivian el dolor y reducen la inflamación, pero han de tomarse a dosis elevadas y de modo regular.
- Los corticoides alivian rápidamente el dolor, inflamación y rigidez, y pueden administrarse inyectados directamente en la articulación (infiltración). Este tratamiento tiene sus limitaciones
- Los fármacos modificadores de la enfermedad, FAMEs, frenan el aumento de actividad del sistema inmune y/o inflamatorio, controlando así el proceso de la enfermedad a largo plazo.
- Los FAMEs de última generación son los fármacos biológicos, que son proteínas producidas por bioingeniería que actúan sobre el proceso inflamatorio, modificando la evolución de la enfermedad y haciendo más lento el progreso del daño articular.

La alimentación en el paciente con Artritis:
  • El sobrepeso puede ser una causa de osteoartritis.
  • El consumo de una dieta baja en calcio o alta en alcohol puede aumentar el riesgo de osteoporosis.
  • El sobrepeso y el consumo excesivo de alcohol y alimentos con un contenido elevado de purinas pueden aumentar el nivel de ácido úrico en el cuerpo e incrementar la posibilidad de un ataque de gota.
  • La ingestión de alimentos ricos en proteína tales como las mollejas (vísceras) y ciertas carnes con niveles elevados de purina pueden agravar la gota.
  • Existen algunas razones científicas para pensar que la dieta puede afectar algunos tipos de artritis. Por ejemplo:
    • Los ácidos grasos omega 3 y los aceites de pescado pueden reducir la inflamación.
    • Las dietas con mayor contenido en vitaminas D y C pueden limitar la progresión de la osteoartritis.
    • En una pequeña cantidad de personas, las alergias a los alimentos pueden desencadenar síntomas de artritis.
  • Sin embargo, todavía no existe evidencia suficiente para comprender si las personas con artritis deben adoptar dietas especiales.
Ayudemos en el proceso de adaptación a la enfermedad tanto de manera física, como emocional de aquellos que  padecen esta enfermedad y sobre todo seamos portavoces de la prevención, porque aunque no hay un origen definido, si hay factores que le dan oportunidad a esta afección.

Agradezco el soporte de AMAPAR 
Asociación Madrileña de Pacientes con
Artritis Reumatoide
 

domingo, 3 de octubre de 2010

¿Parasito o mi Gemelo?-Fetus in Feto

http://www.youtube.com/watch?v=hDvUIw7ABho&feature=player_embedded


El término de Fetus in feto fue introducido por Meckel para hacer referencia en los casos en que un gemelo (Gemelo parásito) es encontrado en el interior del otro gemelo que le sirve a este como hospedero. Es una condición sumamente rara y puede ocurrir 1 de cada 500,000 nacimientos. La mayoría de estos casos suele diagnosticarse en la infancia pero se han reportados casos en que llegar a encontrarse en adultos, siendo el caso de mayor edad a los 47 años. 


Cuando el feto hospedador consigue sobrevivir al parto, éste puede mostrar un abombamiento en la zona donde se sitúe el feto parásito. El 80% de las veces se encuentra en la región abdominal, pero también puede encontrarse en el cráneo, zona sacra, escroto…. También puede pasar desapercibido al principio. Más tarde, conforme la persona va creciendo también lo hace el feto parásito.

Al realizar pruebas de imagen se observan órganos en lugares donde no deberían existir aunque también pueden verse unas diminutas piernas, brazos, dedos, pelo o cualquier otro elemento del feto que haya desarrollado. No hay dos casos iguales de fetus in fetus, puesto que los fetos parásitos pueden situarse en zonas muy distintas del feto hospedador y, por tanto, también será diferente el grado de crecimiento y elementos que haya llegado a desarrollar. Hay fetus parásitos muy desarrollados y otros que sólo poseen un número escaso de órganos,  y puede llegar a pesar unos 1.8 kg y tambien 39 kg.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Ebola y Marburgo ¿Sabias algo de esto?



Las enfermedades Ebola y Marburgo, son virus que afectan en el continente de África, se transmiten por contacto directo con líquidos corporales infectados como la sangre, la saliva, el sudor, la orina o los vómitos, con un período de incubación que varía de 2 a 21 días, aunque lo normal es de 5 a 12 días.

Estos virus son una problemática de salud para los países del África, cursando con una tasa de mortalidad de hasta un 90%, y  como causa principal de muerte por Shock Hipovolemico.
La alegría es que hasta hace poco no había cura, pero recientemente, nuevos estudios, nos dan una gran esperanza. Escuchemos el enlace para conocer un poco de tan terrible enfermedad  y de los nuevos avances en su tratamiento.


http://www.dw-world.de/popups/popup_single_mediaplayer/0,,5998106_type_audio_struct_12056_contentId_5998129,00.html

A mi hijo

Hay una sonrisa que calma mi ansiedad aun en fotografía
y se convierte en la expresión más bonita que jamás soñaría,
una imagen que me acompaña en cada momento
que me recuerda las bendiciones que tengo,
un rostro que se ilumina como imaginamos un angelito,
aunque reconozco que tal vez así piensa toda madre de su niñito…

jueves, 16 de septiembre de 2010

Médicos aquí o allá

06 SEP 10 | ¿Qué nos pasa a los médicos?
Ayudar, aunque llore en el alma
"Tras unos años de profesión se pierden el entusiasmo del principio, el afán de servicio, y la vocación por el consuelo". Conmovedora reflexión del Dr. Ricardo Ricci.

Dr. Ricardo Ricci
IntraMed
 
Por Dr. Ricardo Ricci
Es muy frecuente que los médicos no encuentren recursos propios para ayudar a sus semejantes, es usual que tras unos años de profesión hayan perdido el entusiasmo del principio, el afán de servicio, y la vocación por el consuelo. Buscando y rebuscando en sus almas no encuentran más que una oquedad de sentido, un lugar vacío y frio, del que no surge la asistencia que de ellos, esperan sus pacientes. Es moneda de todos los días, bajo el régimen del sistema de salud actual, ver a los médicos descompensados, somnolientos, quebrados. La sobresaturación de trabajo tiene mil motivos diferentes, uno de ellos, quizás el  que más molesta, es el menosprecio de la profesión médica por parte de las gerenciadoras de salud que, administradas en general por profesionales ajenos a la medicina, no alcanzan a sopesar adecuadamente la misión que algunos médicos, los de verdad, desean alcanzar.
La famosa relación costo – beneficio, obliga a que en un tiempo demasiado acotado, los médicos deban atender a cantidades de pacientes, boicoteando ellos mismos la relación médico – paciente (RMP). Una buena RMP es una aspiración genuina, y un derecho humano de los pacientes que se sienten distinguidos, individualizados, y nominados por ella, que sienten la contención por parte del médico. Asimismo es cierto que una buena RMP es esencial para el desempeño del médico que encuentra en ella una gratificación permanente por ver realizada su vocación, en la interacción diaria con sus pacientes tiene oportunidad de evaluar los resultados de su trabajo, y de efectuar, mediante una reflexión autocrítica, la sintonía fina de su accionar. La optimización del vínculo fugaz, y la vez histórico entre el médico y su paciente es la forma más directa y eficaz de promover al médico y asegurarle al paciente un tratamiento digno de la persona humana. La instancia interactiva patentizada en la consulta, es el medio ambiente coloquial y conductual saludable para el paciente y para el médico y debe ser salvaguardado a todo costo.
Algunos autores sostienen, creo que con toda razón, que para exponerse a ayudar a alguien primero el médico debe encontrarse en un estado de compensación con él mismo. Este estado de compensación incluye todas las variantes bio – psico – sociales y espirituales inherentes a la persona del profesional de la salud. Según ellos la eficacia terapéutica se basa en la posibilidad de ofrecerle al paciente un marco de serenidad generado por el estado de paz y de disposición asistencial y cooperativa del médico. Me parece que la opinión de estos autores, provenientes del ámbito de la psiquiatría, es de un acierto absoluto, es el ideal. Sin embargo, lo sabemos,  “lo mejor es enemigo de lo bueno”. Las cosas no se dan de ese modo en la generalidad de los casos. 

Sin insistir en las condiciones socioeconómicas en las que se desarrolla la actividad del médico, deseo expresar que el estado soñado de compensación previa al momento de la consulta es una perla en un océano de inestabilidad, de incertidumbre, de necesidad y de soledad por parte de aquellos que se proponen asistentes de sus prójimos. Es posible que en ese estado no puedan hacer todo el bien que podrían, pero no me cabe duda de que hacen el bien que pueden y ayudan al otro en la medida exacta de sus potencias actuales. Los estados que condicionan al médico van desde su particular modo de disponerse a relacionarse con los otros, hasta su manera particular de ser y estar en el mundo. Quizás deberíamos preocuparnos primero y más profundamente por el ‘ser’ médicos, que por ‘hacer’ de médicos. Entre el ser y el hacer hay una relación de retroalimentación innegable, los seres humanos podemos acceder, en nuestra intimidad, a hacernos conscientes de lo que nos pasa al respecto, y efectuar los retoques que sean necesarios para nuestro desempeño saludable en interacciones saneadas.
He conocido médicos de una parquedad digna de un guardia del palacio de Buckingham, a los que no se les mueve un músculo de la cara en su interacción con el paciente, y sin embargo son generadores de diagnósticos acertados e impecables. He conocido charlatanes diletantes, que en el medio del error y del engaño hacen bien a algunos de sus seguidores. He conocido maestros absolutamente intratables, y otros que enseñan con su sola presencia y testimonio, en medio de una sencillez y austeridad encomiable. He conocido médicos que conocen exactamente los pormenores y la letra pequeña de la organización de los sistemas de salud, y otros a los que el sistema de salud los tiene sin cuidado pues ellos mismos han construido un microambiente que les permite sobrevivir ejerciendo la medicina y ayudando al prójimo. Conozco médicos con las paredes llenas de títulos y postgrados, cursos, jornadas, simposios y congresos, que a la hora de asistir al paciente, carecen totalmente de carisma y compasión. También existen los que en un consultorio de barrio apenas cuelgan una fotocopia de su título y la gente los venera como a un padre.
Hay de todo como en botica. Lo bueno, lo malo y lo feo. De toda esa variedad de especimenes de la profesión médica, entre los cuales naturalmente me encuentro; el otro, el paciente, logra hallar aquel que considera capaz de ayudarlo en alguna contingencia de su vida. Es posible que se logre definir y delinear teóricamente un modo óptimo de interacción para ayudar al paciente. Creo, sin embargo que las recetas, los protocolos, los manuales de procedimientos, en este caso en particular, tienen un valor relativo. Estamos nuevamente ante la cuestión de ser o no ser. Para no sonar tan obviamente shackesperiano, en la cuestión de "ser" médicos, y "hacer" las cosas que hacen los médicos. Cada uno de nosotros puede ir haciendo una corrección en ese diálogo ser – hacer, para producir discursos genuinos y conductas personales lo suficientemente flexibles y efectivas, para ser volcadas en las interacciones con los pacientes.  Sin esta esperanza el presente trabajo carecería por completo de valor.

Aún así podemos aseverar que en el laberinto achaparrado de la RMP hay lugar para todos. Esto no debe ser interpretado como una apología del relativismo, del “todo vale”; sino que simplemente intenta describir una realidad incontrovertible que, puede ser mejorada y mucho, atendiendo a criterios reflexivos y pedagógicos de optimización en competencias relacionadas directa o indirectamente con la RMP.
En esa variedad propia del quehacer de los médicos, habitualmente se encuentra solapado, puesto a un costado, menospreciado el dolor del propio médico, el callado lamento de su soledad. Dicen que no se puede dar lo que no se tiene, ¿será verdad? Estoy convencido de que en líneas generales es así, mas he visto dar ánimos a sus pacientes a colegas que estaban al borde de su propio colapso. He sido testigo de la actuación de médicos acuciados por sus por sus propios miedos dar aliento, proponer conductas y medicar a pacientes acertadamente a pacientes portadores de estados de pánico. He visto a médicos con varios by pass en sus coronarias, tratar a pacientes que presentaban cardiopatías de diversa índole y de diversa gravedad de manera firme, acertada y segura. Es posible que uno no sepa de donde salen las fuerzas para ofrecer lo que no se tiene o lo que no se sabe que se tiene, pero cuando la vocación actúa como un imperativo, lo que no se tiene, se da. Quizás lo que decimos dar, no sea más que un devolver al paciente, de manera ordenada, lo que surge del encuentro humano de la interacción médico – paciente.
He tenido oportunidad de atender a pacientes estando yo mismo al borde del desgarro interno, poniendo en un segundo plano el propio dolor. Recuerdo una vez que iba a ver un paciente mientras lloraba solo en el auto, había sufrido una pérdida familiar irreparable, me temblaban las manos y mi cuerpo tiritaba. La paciente era una señora de 75 años que permanecía desde hace tiempo postrada en su cama a raíz de un EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Su patología se había regagudizado, las sibilancias se escuchaban desde la puerta de su dormitorio. La consulta se desarrolló dentro de los márgenes habituales y al despedirme la señora me espetó: “gracias por darme ánimos, ahora me quedo un poco más tranquila”. Y de nuevo a llorar en el auto.

La mía es una anécdota sentida pues me recuerda mi propio estado en ese momento, sin embargo he visto a algunos de mis colegas desarrollar hazañas en medio de su propia penuria.
“El médico siempre debe estar dispuesto”. Es una máxima demasiado exigente a la que algunos médicos hacemos caso cayendo presas de nuestra propia e ilusoria omnipotencia. Nuestra vida recorre esos carriles con cierta frecuencia. Ni el médico es omnipotente, ni debe estar siempre dispuesto. Pero... ¿No es tranquilizador para algún paciente anónimo que vive su enfermedad en la que el tiempo no pasa, en la que el dolor mengua su persona hasta casi anonadarla, tener en el puño de su mano el número de teléfono de alguien que se propone como siempre disponible a correr en su ayuda?

Cuando alguien se retira del consultorio llevando en su mano la receta para tratar la angina de su niño y que prevé una noche de fiebres y baños templados, y escucha de su médico las palabras: “Cualquier cosa me llama, sea la hora que sea”. Necesariamente se produce el alivio, ya la fiebre no será la misma fiebre, ni el desvelo el mismo desvelo.
Lo escrito suena al más recalcitrante romanticismo, y ciertamente lo es. Juzgo que no está de más dar una pincelada épica a tanta cotidianeidad rutinaria. Es cierto también, que los médicos no siempre estamos dispuestos a escuchar las penas ajenas, nos basta con las propias. Aún así, y quizás por esa misma causa la jerarquía del servicio prestado, no siempre el óptimo, es agradecido por el paciente en grado sumo. La comunidad médico - paciente se edifica más solidamente en la realidad de que el dolor no es tu dolor, es nuestro dolor, tu necesidad no es tu necesidad, es la nuestra. El paciente percibe este matiz, y la labor del médico se ve sostenida, y engrandecida con la colaboración incondicionada del paciente perspicaz. 

*IntraMed y Yo agradecemos al Dr. Ricardo Ricci la generosidad de compartir su texto con nuestros lectores.

martes, 14 de septiembre de 2010

Natascha Kampusch, una historia de no repetir

Ya sea para ganar dinero o como un medio de catarsis, Natascha Kampusch, ha publicado su libro y al leer el articulo que salió en un  prestigioso periódico Alemán, no pude dejar de pensar en esos 3,096
días (8 años),que tuvo que vivir encerrada, abusada de forma física y mental, privada del disfrute de su niñez desde sus diez años, de la capacidad de elección y del amor de sus familiares, nada podría pagar o compensar el sufrimiento de esta mujer y de su familia la cual vivió todo ese tiempo con el dolor de la perdida y la incógnita de qué le habían hecho a su pequeña.
En verdad nada lo puede pagar, pero el hecho es que esta historia que ahora la tinta y el papel desvelan, hará que todo ese sufrimiento por lo menos tenga el provecho económico para Natascha o  como ella expresa: "No escribí el libro para ganar dinero. Quise relatar la historia como forma de procesar y comprender ese pasado, y para que se sepa cuál fue la verdadera historia”.
En el 2012 tendremos la oportunidad de ver esta historia en la pantalla, y así como su libro se ha convertido en Alemania como el segundo más vendido en Internet, de seguro la película generará gran interés. 
Esta triste historia tiene su mayor significado en lo importante de cuidar y proteger a nuestros pequeños y de velar para identificar en nuestro alrededor, personas con conductas sospechosas, pues podríamos tener en cualquier otra parte del mundo o muy cerca de nosotros otra Natascha, que solo tendrá otro nombre u otro rostro, pero igual o peor tragedia.