sábado, 29 de mayo de 2010

A mi Madre Monica


Mónica Amelia Soriano Reyna

Embriagada solo te he visto de amor, más llena de cordura ante tu devoción de dar a tus hijos de lo que puedes lo mejor.
Cuanto daría por borrar las lágrimas que empaparon tu rostro alguna vez, más la razón del propósito divino me dice que entonces mis hermanos y yo no existiríamos.

Hoy recuerdo Domingos como este, que sin importar que era tu único día de descanso, nos preparabas de comer algo diferente y retozando ante tí pasábamos la tarde, y hoy cual ayer estas ahora preparando alimentos para mis hermanos, mi esposo y tu nieto, mientras piensas que me guardarás mañana a mi regreso.
Mami porque no te quedas tranquila, vives tu vida, enciende la tele, o sal a pasear…
-no puedo, respondes, si todavía por ustedes tengo que velar...
¿Cuando terminará tu trabajo, cuando para tí vivirás?
- no puedo, respondes, de Madre nunca pensionaran...

No hay día de madre, pero hay días festivos, yo también soy madre y aprendo contigo…
Te amo madre hermosa.

Ángela Bello

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